Hoy comparto la anécdota de mi presentación del trabajo de final de graduación, marcado por una broma de mal gusto de un profesor desfasado.
Era 2015, un año de transición para mí tras el fallecimiento de mi padre debido a un cáncer. Mi tolerancia para las bromas, especialmente de mal gusto, era nula.
Presentaba mi proyecto, una innovación para aquel entonces: controlar una bombilla a través de internet usando un microprocesador, una idea que hoy en día suena común, pero hace casi una década, era vanguardista.
LA PRESENTACIÓN: UN MOMENTO DECISIVO
Mi demostración era sencilla pero deslumbrante: encender y apagar una bombilla desde mi móvil a través de una web que había desarrollado.
En ese momento, lo único que deseaba era terminar y dejar atrás la universidad, sintiendo que mucho de lo aprendido en mi carrera (ecuaciones diferenciales, análisis vectorial, etc.) tenía poco uso práctico en el mundo real.
EL INCIDENTE: UNA BROMA DE MAL GUSTO
Lo que no anticipé fue la humillante experiencia que seguiría. En un auditorio lleno, el profesor, desde su posición elevada, lanzó un comentario que me dejó atónito:
– «Esto que presentas es inútil, solo serviría para iluminar campos de marihuana a distancia.»
La risa estalló entre los estudiantes. Yo, sin embargo, me sentí menospreciado y desvalorizado. Internamente, quería responderle con firmeza, pero el temor a una mala calificación me contuvo.
LO QUE PENSÉ Y LO QUE DIJE
En mi mente, la respuesta era clara:
– «Lamento no poder asesorarte sobre drogas, ese no es mi campo. Pero de internet sí sé, y me preocupa que un profesor de ingeniería en Telecomunicaciones no lo entienda.»
Lo que realmente dije fue:
– «Elegí una bombilla por ser un objeto simple y económico, pero el concepto se aplica igual a cerraduras o persianas. Pronto, serán elementos comunes en los hogares conectados.»
LA RÉPLICA DEL PROFESOR DESFASADO Y MI REFLEXIÓN
Su respuesta fue igualmente cerrada de mente:
– «Jamás conectaré la cerradura de mi casa a internet, no es seguro.»
Ahora, en 2024, me pregunto si habrá cambiado de opinión.
Probablemente ya utilice bombillas inteligentes y pague con su smartphone. Esto es el Internet de las Cosas (IoT). Espero que haya reconocido el potencial de internet y se haya actualizado ante el avance inminente de la IA en todos los campos.
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