En mi post anterior, exploré cómo las palabras y las vibraciones que emanan, ya sean positivas como bendiciones o negativas como insultos, podrían influir en 2 plantas idénticas y en el agua.
Dicho artículo generó diversas reacciones, incluyendo comentarios de escépticos que cuestionaron la validez científica de estas afirmaciones.
Las Creencias y su Poder Transformador
Aunque parezca que la ciencia lo ha descubierto todo, la realidad es que todavía queda todo por explorar.
La ausencia de pruebas científicas que verifiquen o refuten la influencia de lo inmaterial —como los pensamientos— sobre lo material no desmerece su posible validez.
Permíteme explicarte de manera práctica por qué no necesitamos la confirmación científica para reconocer el potencial de nuestras creencias.
El Punto de Vista del Negacionista
Algunos escépticos, con un tono irónico, desestiman estas ideas como meras tonterías: «¿Cómo puedes creer en algo que la ciencia no ha probado? ¿Acaso las plantas entienden los idiomas?».
Este enfoque revela una mentalidad cerrada más preocupada por tener la razón que por explorar nuevas perspectivas enfocadas al progreso.
El Poder Práctico de las Creencias
Adoptar la creencia de que las palabras pueden vibrar en frecuencias que impactan el mundo material te hace más consciente de tu lenguaje. Tanto el que expresas como el que recibes.
Al elegir palabras de alta frecuencia, actúas de manera que elevas tu calidad de vida y bienestar, a diferencia de los negacionistas que, al ignorar estas posibilidades, quizás no filtren las palabras negativas y, por lo tanto, permitan que la negatividad influya en sus vidas.
La Practicidad de una Creencia
Si una creencia contribuye a tu progreso y no perjudica a otros, no hay razón para descartarla. Mucho menos solo porque aún no haya sido científicamente comprobada.
Con tantas verdades aún por descubrir, ser práctico significa avanzar y mejorar tu bienestar en lugar de aferrarte a la necesidad de tener razón.
Conclusión
La utilidad de una creencia no necesita validación científica para ser beneficiosa o enriquecedora.
Tu apertura a nuevas creencias debería ser independiente de lo que la ciencia ha verificado, especialmente cuando te conduce hacia el progreso con una vida más consciente y plena.
En lugar de cerrarte a la posibilidad de que palabras y pensamientos no transmiten vibraciones positivas o negativas, ¿por qué no explorar cómo esta creencia puede mejorar activamente tu realidad cotidiana?
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