La festividad de San Juan se acerca y, con ella, su absurda tradición.
Una tradición que básicamente consiste en trasnochar para quemar dinero en forma de petardos que molestan a los demás y, a la mañana siguiente, comer una coca generosa en grasa y azúcar.
Sin olvidar a aquellos que aprovechan esta festividad como excusa para emborracharse, similar a lo que hacen en Año Nuevo.
Si esto no te parecen motivos suficientes para pensar que es una fiesta absurda, sigue leyendo para que te convenza.
Los Peligros de los Petardos
En primer lugar, el peligro físico es evidente.
Cada año, los hospitales reportan lesiones relacionadas con los petardos.
Desde quemaduras hasta daños auditivos y amputaciones, estas son solo algunas de las consecuencias que pueden derivarse de su uso.
Los niños, por su curiosidad natural y su falta de comprensión sobre los riesgos, son particularmente vulnerables incluso advirtiéndoles de ello.
El Impacto del Ruido de los Petardos
Los petardos no solo representan un riesgo físico, sino también un impacto negativo en el bienestar de los más pequeños.
El ruido fuerte y repentino puede causar miedo y ansiedad, afectando tanto a bebés como a niños y mascotas.
Esto es especialmente preocupante para aquellos pequeños con trastornos del espectro autista o con sensibilidad auditiva, para quienes el estruendo de los petardos puede ser particularmente perturbador.
El Impacto Ambiental de los Petardos
Por si no fueran pocos los aspectos negativos ya comentados, el uso indiscriminado de petardos también contribuye a la contaminación ambiental.
Los residuos químicos que estos artefactos dejan en el aire afectan la calidad del mismo.
No debemos subestimar las repercusiones contaminantes de los petardos, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas que ya de por sí no cuentan con un aire precisamente saludable.
Cuestionando el Valor Educativo de los Petardos
Finalmente, es importante considerar el impacto educativo de los petardos.
¿Acaso permitir y promover el uso de petardos entre los niños puede enviar un mensaje educativo positivo?
La respuesta es no.
Usar petardos no fomenta ni la precaución ni el respeto por los demás.
Conclusión
¿Crees que alguien valioso y que busca dejar una huella significativa en su existencia malgastaría su tiempo celebrando la fiesta de San Juan de la manera que se supone hay que celebrar?
Tú decides quién quieres ser: alguien admirable y respetable o un zombie más de la masa amorfa sin espíritu crítico.
Celebra la festividad de San Juan con conciencia y responsabilidad.
Busca alternativas seguras, protegiendo así a nuestros niños y al medio ambiente.
Optar por espectáculos de luces seguros puede ser una alternativa para mantener viva la tradición sin poner en riesgo la seguridad y el bienestar de los nuestros.
¿Qué opinas? Te leo en los comentarios.
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