Cuando Jesús pronunció “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”, lo hizo en el contexto del Sermón del Monte, una de sus enseñanzas más emblemáticas.
Este mensaje iba dirigido a sus discípulos y a la multitud que lo seguía, en una época en la que las preocupaciones materiales y la supervivencia diaria eran prioridad para muchos. Jesús estaba señalando una verdad profunda y universal: el orden en el que colocamos nuestras prioridades determina lo que obtenemos en la vida.
¿Qué Significa “Buscar Primeramente el Reino de Dios y su Justicia”?
Esta frase invita a poner primero lo espiritual, lo esencial, lo que está en sintonía con la justicia divina. “El reino de Dios” no se refiere a un lugar físico, sino a una forma de vida centrada en los principios divinos como el amor, la verdad y la paz.
Cuando Jesús habla de “justicia”, nos llama a vivir de acuerdo a esos principios, a actuar con integridad, rectitud y compasión.
Jesús les estaba diciendo a sus seguidores que, al enfocarse en vivir según estos valores y confiar en la voluntad de Dios, todo lo demás—sus necesidades materiales, su bienestar físico y emocional—sería garantizado.
Era una invitación a confiar en que el orden correcto traerá consigo las bendiciones y resultados deseados, sin la necesidad de preocuparse por lo secundario.
Aplicación en la Actualidad: Una Ley Universal para el Crecimiento Personal
Este principio sigue siendo absolutamente relevante hoy en día.
En un mundo donde fácilmente podemos caer en la trampa de perseguir lo material—dinero, éxito, reconocimiento—Jesús nos recuerda que todo comienza desde dentro.
Es una ley universal que sigue resonando en los principios del desarrollo personal moderno: primero, debemos ser antes de hacer, y luego, el tener llegará como resultado natural.
Este es el mismo concepto que muchos mentores y libros de crecimiento personal destacan hoy. En lugar de enfocarnos en lo que queremos poseer (tener), debemos trabajar en quienes queremos ser y, desde ese lugar, nuestras acciones (hacer) estarán alineadas con nuestra esencia.
Cuando somos la persona correcta—cuando vivimos con integridad, enfoque y principios—las oportunidades, el éxito y la abundancia material llegan como consecuencia natural.
El Orden Correcto: Ser, Hacer, Tener
Muchos intentan invertir el orden: creen que primero deben tener (dinero, tiempo, recursos) para luego hacer (tomar acción, perseguir metas) y finalmente ser (felices, exitosos, realizados).
Sin embargo, la ley universal de la vida, que Jesús ya enseñaba hace más de 2000 años, nos dice lo contrario.
El orden correcto es Ser, Hacer y luego Tener.
Cuando trabajamos primero en nuestro ser, es decir, en nuestra mentalidad, en nuestro carácter, en nuestros principios, las acciones que tomamos desde ese lugar estarán llenas de propósito, de confianza y de alineación con nuestros valores. Y es entonces cuando las bendiciones materiales—el tener—fluyen como resultado inevitable.
Cómo Aplicar Este Principio
- Enfócate en tu Ser: Dedica tiempo diario a reflexionar sobre quién quieres ser. ¿Estás alineado con tus valores? ¿Estás cultivando la integridad, la paciencia, la gratitud? Antes de perseguir metas externas, asegúrate de que tu interior esté en orden.
- Actúa Desde tu Esencia: Una vez que tu ser esté centrado, las acciones que tomes estarán alineadas con tu verdadero propósito. No te verás obligado a hacer cosas por obligación o por miedo, sino que actuarás desde la convicción y el amor.
- Confía en el Proceso: Cuando el orden es el correcto—ser, hacer, tener—no hay necesidad de obsesionarse con los resultados materiales. Confía en que, al vivir de acuerdo con principios elevados, “todas estas cosas te serán añadidas”.
Conclusión
La enseñanza de Jesús nos recuerda que la clave del éxito y la plenitud está en priorizar lo espiritual, lo esencial.
Al poner primero lo correcto, todo lo demás llega como una consecuencia natural.
Enfócate en quién eres y en cómo vives, y las bendiciones, materiales y emocionales, seguirán.
“El reino de Dios y su justicia” no es solo un ideal religioso, es un principio universal de vida que sigue siendo igual de poderoso hoy en día, tanto en nuestra vida espiritual como en nuestro crecimiento personal.
Si este post ha resonado contigo, déjame tus comentarios. Me encantaría saber cómo aplicas este principio en tu vida diaria y responder a tus preguntas.
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Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra austriaco, sobreviviente del Holocausto y fundador de la logoterapia
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