Imagina que pesas 200 kilos, la espalda te duele horrores con cada paso, pero tú ya te has resignado.
Se te cae un libro al suelo, escuchas el golpe seco y te quedas ahí, mirándolo con impotencia. Prefieres dejarlo en el suelo antes que jugártela a no poder levantarte después de recogerlo.
Sacas el móvil, abres la aplicación del banco y ves números rojos. Miles de euros en deuda. Ni un solo céntimo guardado para mañana.
La angustia te aprieta el pecho. Quieres trabajar, harías lo que fuera, pero estás atrapado porque pasas día y noche cuidando de un familiar enfermo.
Sin descanso ni escapatoria.
Eso existe, y duele. Hay personas que viven en circunstancias infernales, con obstáculos casi imposibles.
Ahora, detente. Seguramente nada de eso te está ocurriendo a ti.
Tú estás aquí leyendo esto. Tienes una cabeza pensante y ningún obstáculo insuperable.
Tienes todo lo necesario para triunfar.
No hay excusas ni nada que te pare.
Saca partido de tus circunstancias.
Sal y conquista.
Abrazo.