“Hola, me llamo Marta y me gustan los hombres sin barba”.
Siguiente escena: aparece un tío con barba.
Ella, sin disimular le dice a la cara:
“Uf… no me gustan los hombres con barba”.
Y él, con sonrisa de imbécil:
“Ah bueno, si quieres me la quito”.
ERROR.
Garrafal.
De principiante.
Cada vez que cedes te estás infravalorando.
Y lo peor: te haces menos deseable.
¿Por qué?
Porque lo que das gratis sin que los otros se lo ganen, no se valora.
Es lo mismo que le pasó al violinista Joshua Bell. Uno de los mejores del mundo. Un violín de 3,5 millones de dólares. Y se puso a tocar en el metro de Washington.
¿La reacción?
Casi nadie se paró.
Ni caso.
Porque era gratis.
Porque no lo contextualizaron como valioso.
Y tú haces lo mismo cuando por ejemplo dices: “me afeito si quieres”.
Traducción: “Estoy desesperado y dejaría de ser yo para que tú no te vayas”.
¿Crees que eso seduce?
Eso da pena.
Si tú no te valoras, si eres gratis, el mundo asume que no vales nada.
Y no solo en las citas. También en el trabajo. En tu familia. En tu negocio.
¿Quieres que te respeten?
Empieza por respetarte tú.
No te quites la barba de gratis.
Y si esto te ha hecho reflexionar, compra mi libro.
Por supuesto, no es gratis.
Abrazo.