El otro día escuché a dos chicas hablando de las Kardashian.

Una decía: “Tía, no entiendo por qué son tan famosas.”

La otra respondió: “Fácil. Kim se hizo viral por un vídeo porno y ya eran ricas cuando empezó el reality.”

Ajá.

Y Picasso era rico porque tenía pinceles.

No soy fan de las Kardashian. Pero tampoco soy idiota.

Minimizar su éxito a un escándalo inicial y una casa en Beverly Hills es como decir que Nadal ganaba por tener raquetas buenas.

Haciendo una búsqueda rápida en Google:

Más de 300 episodios de su reality desde 2007.

20 temporadas.

Años enteros de cámaras siguiéndolas hasta en el váter.

Eso es exponerse, repetir, mejorar y mantener la atención del mundo durante casi dos décadas.

¿Puede que todo empezara con un escándalo? Vale. ¿Y?

¿Tú crees que un escándalo puntual es suficiente para sostener una carrera de 20 años?

Lo que pasa es que muchos critican porque no entienden la importancia de la repetición junto con la exposición pública.

Ni se plantean crear un blog, ni un canal de YouTube, ni subir un triste post cada día sin falta durante años.

La mayoría no falla por falta de talento.

Falla por falta de constancia.

Si tú te expones al público cada día durante 20 años…

O acabas siendo archiconocido.

O acabas con millones de seguidores como las Kardashian.

Pero ignorado no te quedas.

Y si quieres seguir creciendo, empieza claramente por aquí:

Claridad Ancestral

Abrazo.