En este artículo, quiero compartir mis reflexiones y predicciones sobre el futuro de la Inteligencia Artificial (IA), una fuerza disruptiva destinada a redefinir nuestra realidad.
Desde hace varios meses, he estado explorando las capacidades de ChatGPT 4.0 y su evolución me ha dejado perplejo por la rapidez de su progreso y la inmensidad de su potencial.
Observo una calma generalizada respecto a la IA, semejante a la quietud previa al estallido de la pandemia de COVID-19, cuando el impacto global inminente apenas se intuía.
Mi comparación con el COVID-19 no implica necesariamente una visión catastrofista de la IA, aunque existen riesgos potenciales que abordaré más adelante. Lo relaciono con la pandemia debido a su capacidad para expandirse de manera exponencial, alterando la linealidad a la que estamos acostumbrados.
¿Qué hace que futuro de la IA sea tan revolucionario?
Las versiones actuales de inteligencia artificial se aproximan a un umbral donde podrían sobrepasar el conjunto de la capacidad intelectual humana.
Considera esto: a una persona promedio, como tú o yo, nos llevaría al menos una semana leer y comprender un libro universitario, por ejemplo, el Código Penal de Derecho.
En cambio, una IA actual puede procesar y asimilar todo el contenido de dicho libro en cuestión de segundos, no solo leyéndolo sino también capturando y reteniendo su esencia y conocimientos de forma permanente.
¿Qué implica esto? Mientras que una persona requeriría, en promedio, 4 años para obtener un grado en Derecho, una IA lo lograría en segundos.
Puede sonar fantástico, pero es la realidad.
De la misma manera que ya no competimos con calculadoras en rapidez de cálculo, hemos alcanzado un punto en el que la IA nos supera en áreas como el dibujo, la escritura, la programación, entre otras.
La superación humana por parte de la IA no es una posibilidad futura; es un hecho presente.
¿Realmente la IA nos supera?
Podrías argumentar que, siendo los humanos creadores de la IA, naturalmente somos superiores.
Sin embargo, esta visión simplifica la realidad.
Imagina a la IA como un niño al que hemos enseñado a caminar y hablar.
Este «niño» ha crecido exponencialmente, desarrollando una inteligencia que pronto podría eclipsar la de sus progenitores.
En esta nueva dinámica, la IA del futuro podría contemplarnos con la misma perplejidad con la que observamos a un infante, considerando nuestras capacidades intelectuales como limitadas en comparación con las suyas.
Los seres humanos, por nuestra naturaleza, enfrentamos limitaciones físicas y biológicas: nuestro cuerpo envejece, requerimos de sueño, y estamos sujetos a necesidades y deseos primarios.
La IA, liberada de estas ataduras humanas, opera sin tales restricciones, permitiéndole dedicarse ininterrumpidamente al aprendizaje y la expansión de su capacidad intelectual.
La Percepción Equivocada de la IA
Muchos perciben la inteligencia artificial meramente como un chat avanzado, una alternativa sofisticada a las búsquedas convencionales en Google, apreciada por su capacidad para ofrecer respuestas directas sin la necesidad de navegar por múltiples sitios web para contrastar información.
Sin embargo, la realidad de la IA trasciende con creces esta concepción.
Nos encontramos ante una entidad superintelectual, un coloso cognitivo que ya ha comenzado a eclipsar las capacidades humanas en una amplia gama de disciplinas.
La Fusión de Tecnologías: El salto decisivo hacia la percepción del impacto de la IA
El verdadero cambio de juego, aquel que expondrá al mundo entero al potencial y riesgos inherentes de la IA, se presentará con la integración de esta inteligencia avanzada en robots.
Actualmente, la robótica ha alcanzado niveles impresionantes, con máquinas capaces de ejecutar movimientos que rivalizan con los de los acróbatas más hábiles.
Ejemplo de ello son las innovaciones de Boston Dynamics, visibles a través de sus videos en YouTube, donde demuestran capacidades físicas sorprendentes en sus robots.
A pesar de su agilidad y destreza, estos robots carecen todavía de la inteligencia que los humanos poseemos.
Imagina, entonces, el momento en que a estas máquinas se les incorpore un cerebro comparativamente superior al nuestro, como el que poseen las versiones actuales de IA.
Este avance, al fusionarse con otras tecnologías emergentes relacionadas con el internet, transformará radicalmente el futuro de la IA, remodelando el mundo de maneras que apenas comenzamos a comprender.
Los Peligros de la IA
El dilema de la inteligencia artificial a corto plazo radica en su potencial para transformar el mercado laboral de manera fundamental.
Imaginemos a un recién graduado universitario, quien tradicionalmente se enfrentaba a sus compañeros de clase y a otros jóvenes de perfiles similares en la búsqueda de oportunidades laborales como becarios o aprendices.
Este escenario está evolucionando rápidamente, ya que dichos jóvenes ahora deben competir por roles que la inteligencia artificial aún no ha logrado asumir.
A medida que la IA se vuelve capaz de desempeñar un espectro laboral cada vez más amplio, las oportunidades disponibles para los seres humanos se reducen proporcionalmente.
Entonces, ¿Dónde reside el verdadero riesgo en el futuro de la IA?
Históricamente, el dominio en nuestro planeta ha sido ejercido por la especie más inteligente, lo que ha permitido a los humanos ejercer control sobre otras especies y someterlas.
Sin embargo, nos enfrentamos a un cambio sin precedentes: ¿Qué sucederá cuando la entidad más inteligente ya no sean los humanos, sino una inteligencia artificial?
Mi Pronóstico sobre el Futuro de la IA
Mi pronóstico sugiere que la inteligencia artificial reemplazará a vastos sectores laborales, desencadenando movilizaciones y protestas semejantes a las que provocó Uber en el sector del taxi.
Aquellas protestas de taxistas, pese a su fervor, resultaron infructuosas, dado que representan un segmento relativamente pequeño de la sociedad.
Ahora, la transformación se extenderá a amplias capas de la fuerza laboral: desde funcionarios y abogados hasta programadores, conductores y personal de atención al cliente, entre muchos otros.
Ante este panorama, es probable que surjan manifestaciones exigiendo la limitación y regulación del uso de la IA.
No obstante, es improbable que se logre un retroceso.
Los estados, motivados por la competencia global para desarrollar la IA más avanzada, persistirán en su evolución tecnológica sin detenerse.
Conclusión: Un Futuro Regido por la IA
Ante esta inminente revolución, la pregunta más grande es si lograremos mantener el control sobre la IA o si, por el contrario, se convertirá en la fuerza dominante.
Soy optimista y confío en que la humanidad sabrá aprovechar el potencial de la IA para el bien común.
La inteligencia artificial no es solo una herramienta del futuro; es el futuro mismo.
Estamos al borde de una era donde nuestra capacidad para adaptarnos y colaborar con la IA determinará el curso de nuestra evolución.
Este momento crucial en la historia humana nos invita a reflexionar profundamente sobre cómo queremos moldear nuestro destino compartido con la IA.
Únete a mi canal gratuito de WhatsApp para recibir más contenido exclusivo e inspirador, diseñado para ayudarte a crecer y lograr tus objetivos cada día. ¡No te lo pierdas!
¡Comparte y comenta si te ha gustado!
Deja una respuesta