En el mundo de la paternidad, siempre estamos en busca de métodos efectivos para calmar a nuestros bebés y proporcionarles el mejor cuidado posible.
Recientemente, ha surgido una tendencia en Estados Unidos que promete ser la solución mágica para detener el llanto de los bebés: el uso de aspiradores.
Pero, ¿realmente es esta una práctica beneficiosa o es un camino corto y fácil que podría tener consecuencias negativas a largo plazo?
En este post, analizo esta tendencia y te ofrezco una perspectiva basada en el sentido común.
¿En qué Consiste el Método del Aspirador?
Padres han observado que al encender un aspirador cuando sus bebés están llorando, el ruido producido por el aparato interrumpe de inmediato el llanto, ofreciendo un «respiro» a los padres agotados.
¿Es una Buena Práctica?
Claramente no, y esto es de sentido común.
Si un bebé está llorando, generalmente es porque tiene hambre, dolor o necesita el contacto piel con piel con su madre.
Ante el llanto, lo correcto es atender a esas necesidades y no buscar una solución rápida para nuestra comodidad.
El llanto es la manera en que los bebés se comunican y es nuestro deber interpretarlo y responder adecuadamente.
Cuando un bebé deja de llorar por el estruendoso y desconocido ruido de un aspirador, lo hace por instinto de supervivencia.
Este ruido los asusta y los lleva a un estado de inmovilidad por terror, similar a cómo reaccionaríamos nosotros si nos encontráramos cara a cara con un león en la selva.
Usando el aspirador, en lugar de proporcionar consuelo, se está induciendo un estado de miedo.
Conclusión
Estamos ante otro «truco» o «atajo» perjudicial que demuestra que los caminos cortos, fáciles y cómodos (como interrumpir el llanto con un aspirador) no suelen llevar a resultados beneficiosos y saludables a largo plazo.
En cambio, debemos optar por lo correcto: atender el llanto con comprensión y empatía, por muy cansados que estemos.
El cuidado y la paciencia son fundamentales en la crianza.
La próxima vez que tu bebé llore, en lugar de buscar soluciones rápidas, intenta comprender sus necesidades y responder con amor y atención.
Recuerda, cada esfuerzo que haces ahora construye un futuro más saludable y feliz para tu hijo.
¿Conoces a alguien que use este método?
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