¿Te has encontrado alguna vez quejándote de que estás cansado, que has tenido un día duro? Tal vez, sin darte cuenta, has vivido mejor que un rey.
Hoy quiero que reflexiones sobre lo que realmente significa tener una vida dura y cómo, en realidad, vives en un lujo constante que nuestros antepasados ni siquiera podían imaginar.
Vivimos Mejor Que un Rey de Ayer
Hace no tanto tiempo, ni siquiera los reyes tenían las comodidades que hoy consideramos básicas.
El mejor de los reyes no tenía una nevera en su casa; de hecho, los frigoríficos domésticos no hacen ni 100 años que llegaron a los hogares, despegaron por allá el 1927,
Almacenar comida fresca era un desafío y los alimentos se echaban a perder rápidamente.
Además, los reyes de antaño soportaban calores intensos porque no existía el aire acondicionado.
Imagínate a ti mismo en pleno verano, sin poder encender el aire fresco.
Los antiguos reyes se duchaban sin la comodidad de un chorro de agua a la temperatura exacta que querían.
Si seguimos con la lista de cosas que los reyes no tenían, encontramos que no disponían de internet para comunicarse con el mundo.
El acceso a la información era limitado. No podían ver películas o escuchar podcasts a cualquier hora.
No tenían la medicina avanzada que tenemos hoy en día; una simple infección podía ser mortal…
La Vida en la Prehistoria: Un Desafío Constante
Y ya si nos vamos aún más atrás, a la prehistoria, un día «normal» significaba salir a cazar comida compitiendo contra leones y otros animales salvajes.
La esperanza de vida era ridículamente baja, y cada día era una lucha constante por la supervivencia.
Nuestros ancestros dormían en cuevas o chozas rudimentarias, sin colchones cómodos ni mantas agradables.
La comida no estaba garantizada y podía pasar días sin encontrar alimento suficiente.
Comparado con esto, que pienses que has tenido un «día duro» es un chiste de mal gusto.
Hoy, probablemente vas a comer tres veces y además disfrutando de una variedad de alimentos que vienen de todas partes del mundo.
Te irás a dormir en un colchón cómodo y en una casa segura.
Tienes acceso a médica avanzada, educación e información ilimitada entre otros muchos lujos.
Reflexiona y Da las Gracias
Es fácil caer en la trampa de la queja constante, especialmente cuando se está abrumado por las responsabilidades diarias.
Sin embargo, es vital tomar un momento para reflexionar y dar gracias por lo que tienes.
No se trata de lo que te falta, sino de apreciar lo que ya tienes.
La próxima vez que te encuentres quejándote de lo «duro» que ha sido tu día, recuerda a tus antepasados y piensa que vives mejor que un rey.
Reflexiona sobre todas las comodidades y beneficios que disfrutas diariamente y que das por sentado.
Reconoce que, en comparación con los estándares históricos, llevas una vida de lujo.
Conclusión
La gratitud es una práctica poderosa que puede transformar tu perspectiva y aumentar tu felicidad.
Agradece por lo que tienes, por las pequeñas cosas que facilitan y mejoran tu vida cada día.
No es necesario tener todo lo que queremos para ser felices; la clave está en apreciar lo que ya tienes.
Reflexiona, agradece y vive con la conciencia de que, incluso en los días más duros, tu vida es un verdadero lujo comparada con la de aquellos que vinieron antes de ti.
Únete a mi canal gratuito de WhatsApp para recibir más contenido exclusivo e inspirador, diseñado para ayudarte a crecer y lograr tus objetivos cada día. ¡No te lo pierdas!
«La gratitud no solo es la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás.»
Cicerón, filósofo romano.
¡Comparte y comenta si te ha gustado!
Deja una respuesta